Si estás ahí


Cada vez que me hice pequeñito
- en posición fetal de lágrimas y espanto-
fue tu voz la canción y la cobija
para mis noches de inusitado invierno
H.S.


Si estás ahí 


Cuando incluso el tiempo nos opone
en la incoincidencia de los sueños,
saber que duermes 
mientras te amo en mis poemas
y luego, tú puedes velar en mi vigilia
con el verso de un te quiero, 
me devuelven a la fe
de esos círculos deseados
que derriban su aroma al miedo.

Saber que te acompañó mi voz
y fue caricia su sonido desprovisto de mi boca,
tiene de magia y de fracciones
que quieren seguir siendo de pulpa y grana
tibieza como mi manta menta
y la suavidad de mis manos.

Si supieras que ser abrazo
aún en la decadencia de la historia
era mi palabra húmeda
mi lluvia declarada,
mi deseo por sobre cualquiera de las ramas,
que era felicidad saberme necesaria.

pero que hoy también yo 
tengo mi escudo fetal 
cuando oigo los rugidos
de todas las mujeres que arañaron,
gatos o pumas en el aire,
que arañaron cada amor
que arañaron
y este amor,
que ha sido todo fragilidad 
y lo impalpable como único asidero,

si supieras que yo misma desconozco
el miedo cuando es grito
o celos palpitando, 

tomarías mi mano y estarías ahí
para acallar ese dolor
con el abrazo fuerte del que ama
esa necesidad de necesitar amar
tanto como la mía.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lo que circunda

c on la clarividencia de los versos que nos circundan. H. DS. Lo que circunda Era fragilidad y pecho roto, apenas rostro cansado en la pausa...