Así
me fui juntando pieza sobre pieza
recomponiendo cuadraturas
y tantos yoes mal templados,
inacabados e inexactos
hasta reconstruirme en ti.
No morí de salariomorí por no poder quedarme en mío en el otro lado de la lluvia.
Se fragua por las calles de Santiago, en medio del bullicio distraído, un algo inevitable que aún no entona el rezo de los músicos del metro...
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